miércoles, 21 de septiembre de 2011
MIS CINCO SENTIDOS
Para disfrutar el mundo
con sus distintos colores,
sus aromas, sus sonidos,
la textura de las flores,
tengo mis cinco sentidos.
LA VISTA
Con mi vista veo violetas,
nubes, globos y cometas,
y aprendo cómo es el mundo
en mis libros predilectos.
Disfruto el cine y la tele,
estrellas y amaneceres,
y distingo las facciones
de familiares y amigos.
Con ella aprecio las formas
y disfruto los colores
de juguetes favoritos,
y contemplo las piruetas
graciosas de mi gatito.
EL OÍDO
Con mis oídos percibo
guitarras, trinos y llanto,
el chu chu chu de los trenes,
el canto de las cigarras
y la voz de mis abuelos.
Con mis oídos escucho
el ulular de sirenas,
aprendo a decir "te amo"
en idiomas extranjeros,
y oigo risas y canciones
en el parque de la escuela.
EL TACTO
Con el tacto, que reside
en las yemas de mis dedos
y el exterior de mi piel,
puedo apreciar muchas cosas
que mis oídos no captan
y mis ojos nunca ven.
Si el agua es tibia o helada,
si la almohada es dura o blanda,
los besos y las caricias,
si el aire es frío o es cálido,
la suave piel del bebé,
las espinas de las rosas
y las formas de las cosas.
EL OLFATO
En mis narices reside
el sentido del olfato.
El me trae los perfumes
de rosas y de jazmines,
de piñas, mangos, vainilla,
de pan recién horneado
y el pasto recién cortado,
de pasteles y pescado,
y me alerta diligente
si algo se encuentra dañado.
EL GUSTO
En mi lengua recubierta
de papilas gustativas
tengo mi quinto sentido.
Con el gusto aprecio cosas
que mis oídos no captan
y mis ojos nunca ven.
El sabor de los pasteles
y las frutas en sazón,
si la sopa está salada,
si el jugo es dulce o es ácido,
el sabor de las papayas
y hasta el sabor de las lágrimas.
Para disfrutar el mundo
tengo mis cinco sentidos.
No puedo OÍR con mi olfato
ni puedo VER con mi oído,
ni SABOREAR golosinas
con las yemas de mis dedos
ni OLER lilas y jazmines
con la luz de mis pupilas.
Pero puedo VER el mar
y TOCARLO con mis manos.
ESCUCHARLO con mi oído
cuando golpea en la playa.
OLER su aroma en la brisa,
SABOREAR su agua salada.
Para disfrutar el mundo
con sus formas y colores,
sus aromas, sus sonidos,
la textura de las flores,
tengo mis cinco sentidos.
Por Amparo Jaramillo-Restrepo
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