jueves, 4 de agosto de 2011


Recuerdo cuando te vi por primera vez, que inmenso placer. Disimulaba y de refilón te observaba, sentí que eras la persona que estaba esperando e intenté esquivar todo pensamiento pecaminoso... no quería y no debía recostarme en tu mirada y sin embargo sucedió. En el medio de la nada y de todo, ardió la hoguera del propio infierno sellando con un beso la única palabra que necesitaba escuchar... vamos!! Y fui feliz por primera vez en mi vida.

Ponce.

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