Desde muy pequeña, estuviste atenta a todo lo que te rodeaba y entendías muy bien lo que pasaba, sin llegar a involucrarte. Te preguntabas por qué tu hermano, siendo mayor, era tan inmaduro con 8 años (?) no comprendía que, con una escoba, era inútil querer llegar a la luna. Qué pena... no le permitiste a la niña ser más ingenua, jugar con las muñecas que tenías de adorno en tu cama porque siempre te pareció tonto, ninguna te hablaba. Está bien eras muy machona, siempre subida a los árboles y te gustaba andar a caballo y hasta me arriesgo a decir que vivias más aferrada al piso que a la fantasía. ¿Y ahora qué? Sos vos quién sueña con poder volar, vivís contando las estrellas y esperando... Dejá de pucherear, querés!
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